“No somos víctimas de las circunstancias nosotros creamos nuestras propias circunstancias”, y luego nos preguntamos sorprendidos por qué las cosas sucedieron como sucedieron y buscamos de inmediato a un culpable para poner a salvo nuestra irresponsabilidad, desde luego que existen acontecimientos fruto de la casualidad fuera de nuestro control, un terremoto, una tormenta, un accidente en el cual no fuimos protagonistas: otro manejaba, una piedra nos cayó, un rayo, etc. pero en la mayoría de las ocasiones no es la casualidad sino la causalidad; nosotros mismos producimos que nos despidieran del trabajo, que nuestra pareja nos abandonara, que no exista la comunicación con nuestros hijos entre muchas otras situaciones por las que atravesamos y que según nosotros son inexplicables. Las crisis personales son extraordinarias oportunidades para crecer y esto es posible cuando reconocemos nuestro papel protagonista en dichos sucesos, cuando tenemos la capacidad de absorber nuestros prop...
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